Andando, la semana pasada por la red, me encontré con esta receta, pero no me preguntéis de que blog la saqué.
Apunté la receta, cerré el ordenador y me puse con las manos a la masa, y ahora, ni me acuerdo quien es el o la, artífice de esta magnífica receta.
Si tengo un rato(difícil) para indagar y saber de quien es, os lo haré saber.
Lo que si me acuerdo, es que le salió por casualidad, que intentaba elaborar alguna otra y que preparó esta y le dio un buen resultado sin querer.
Yo puedo certificar que el resultado es espléndido.
Se queda una galleta crujientita por fuera y blandita (como si de un bizcocho se tratase) por dentro.
Bueno, vamos a por la receta.
INGREDIENTES:
50 g de mantequilla a temperatura ambiente.
75 g de azúcar.
1 huevo.
50 g de cacao.
1 cucharadita de vainilla líquida.
150 g de harina.
1 puñadito de pasas.
1 cucharadita de bicarbonato.
Azúcar glas.
ELABORACIÓN:
Ponemos en un bol la mantequilla ablandada, el azúcar y la vainilla, y batimos.
Añadimos el huevo y volvemos a batir.
Ahora nos toca agregar la harina y el bicarbonato, trabajamos hasta conseguir una masa homogénea e integramos las pasas.
Si no os gustan las pasas, podéis prescindir de ellas. Yo hice las dos versiones y están igual de buenas.
Precalentamos el horno a 170º, ponemos papel de hornear sobre la placa del horno y vamos colocando montoncitos de masa, dejando una separación entre un montoncito y otro, ya que al hornearse crecen, espolvoreamos con azúcar glas por encima y horneamos durante 7 minutos.
Sabremos que ya está hechas porque observaréis que se agrietan por arriba.
Retiramos del horno y las colocamos sobre la rejilla hasta que se enfríen, con mucho cuidado de que no se nos rompan, porque están muy blanditas.
Y nada, ahora ya solo nos queda acompañarlas de un cafetito y de buena compañía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario